Carta de una estudiante a la comunidad educativa

                Propongo un cambio desde nosotros, como compañeros, como estudiantes, como futuros profesores. Tenemos que unirnos, trabajar codo a codo, para poder modificar todo aquello que creemos necesario. ¿Qué significado tiene educar en la actualidad? ¿Qué clase de profesores queremos ser? Nosotros queremos ser docentes que se interesan por el otro, que lo reconocen como un igual, que entienden que los alumnos son personas con sentimientos, ideas y derechos.
                Creemos necesario que se escuche al alumnado, que haya un dialogo más fluido y menos tenso entre docentes y alumnos. Queremos construir verdaderamente esa relación pedagógica con la que tanto se insiste desde las materias pedagógico-didacticas. Queremos que se lleve a la práctica la idea de considerar como educador al educando y al educando como educador. Nos enseñan pedagogía de la liberación, que “la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo” (Freire) y una cantidad de pensamientos progresitas y transformadores. Pero lo que no nos enseñan es a ponerlo en práctica, porque quienes los enseñan no lo hacen tampoco.

                Tenemos que movernos, hacer oír lo que pensamos y sentimos. Salirnos de ese individualismo que el neoliberalismo, la dictadura y los ’90 nos legaron. Sí queremos que las cosas cambien, tenemos que empezar por nosotros. Somos futuros docentes. Agentes educativos del Estado. Somos parte del estado. Debemos ser constructores de democracia, libertad de expresión y pensamiento crítico. Cumplir con las leyes de educación, que para eso están.

                Empecemos por nuestro instituto. Nuestro lugar. Busquemos juntos la forma de cambiar las trabas que pretenden lograr que se reciban unos pocos. Pidamos flexibilidad horaria y bibliográfica: todos/as los/as estudiantes tenemos derecho a terminar nuestra carrera, nuestra cursada, incluso los que trabajan. Queremos que todos/as puedan continuar sus estudios.

                Creemos que la mejor manera de cambiar las cosas es a través de la resolución pacífica de conflictos, a través del dialogo y la reflexión, y sobre todo el apoyo y acompañamiento de los docentes y las autoridades educativas. Sabemos que en el instituto hay muchos docentes que si lo hacen, que vienen a enseñarnos con la consciencia de que lo que nos enseñan es verdaderamente valioso, que se preocupan por construir una  autoridad pedagógica legitima. A todos ellos les agradecemos y les pedimos que no bajen los brazos, sigan estudiando con nosotros/as y construyendo más democracia.