Un día pudo llegar a Mereditia. Pero no sirvió de nada.
Porque era como si no existiera, la verdad nunca le preste atención.
Y el se fue. Callado. No espero a que lo reconociera.
Yo no me hubiera quedado, no me hubiera quedado sin decir nada.
Los dos tuvimos la culpa, Mereditia no nos permitio encontrarnos.
Yo no me fije en ti, y vos tampoco me dijiste nada.
Sin explicaciones te fuiste. Justo cuando te lograba ver.