Conversaciones de medianoche
con los pies mojados por la luz de la
luna
azul la vida,
azul nuestro mundo.
Puedo oler el rocío sobre la hierba,
escuchar todos los sonidos de la noche,
los grillos, el aleteo de los pájaros,
el canto de una lechuza,
y el que mas me conmueve:
tu respiración.
Disfruto con solo mirar
tu boca,
mientras se abre y se cierra
contandome sus deseos,
y yo la deseo,
muy fuerte.