Igual que un niño abandonado.

Hay miles de historias, algunas contadas, otras por contarse, y las que nunca se contaran. Historias largas e historias cortas. Del que se fue para no volver y la dejo sola llorando. La que regreso pidiendo que por favor la perdonen. Un hombre y una mujer. Una mujer y un hijo. Dos amigos que se enamoraron. El trauma de no tener un padre. El dolor de la muerte de un hijo. Un amor secreto. Morir con nadie al lado. Ese que le prometió una vida de placeres y terminaron en un remolque detrás de la casa de su madre. El que invento la computadora y se lleno de guita. El que mato a un famoso y paso a ser parte de la historia mundial. El que nació y emigro. Los que solo tuvieron como amigos a animales. Y se me ocurren un montón mas, pero no viene al caso. Lo importante es que algunas historias por mas que sean feas merecen la pena ser contadas y escuchadas porque siempre hay algo que te va a hacer dar cuenta de que merece la pena seguir despertando cada día, para poder ver salir el sol, disfrutar de un día de lluvia, o una noche de tormenta.